De la tecnología a la sustentabilidad
Si algo nos ha dejado claro la conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático celebrada recientemente en Egipto, es que la crisis climática ya se ha convertido en emergencia climática global.
La sustentabilidad ambiental ya no es una opción, es una obligación que nos compromete a todos individual y colectivamente. Y, por supuesto, también al sector tecnológico en el que operamos. Todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad en lo que ocurra en las próximas décadas.
Como punto de partida, diría que el desarrollo tecnológico debe ir de la mano de la sustentabilidad, pues solo de esta forma, empresas y países podremos reducir la huella de carbono y la emisión de gases de efecto invernadero. Está claro que mientras más desarrollo tecnológico y de innovación tenga un país, mejores oportunidades tendrán para la sustentabilidad.
Lo cierto es que el sector tecnológico ya se ha puesto manos a la obra y que está dando pasos muy importantes y firmes en torno al desarrollo de soluciones que generen un impacto positivo en el cuidado del medioambiente.
Estrategias sustentables
En Ikusi estamos trabajando en diferentes frentes. Colaboramos con fabricantes tecnológicos que cuentan con estrategias concretas para la reducción de la huella de carbono. Buscamos fabricantes que diseñen productos más eficientes, incorporando la economía circular en todo el proceso de fabricación, desde las fases de diseño hasta su venta e instalación.
Otro ámbito muy interesante a la hora de promover estrategias sustentables es el procesamiento y almacenamiento de información, que genera una huella de carbono importante.
Un ejemplo práctico, que no deja indiferente a nadie, muy sencillo de evitar, pero del que no somos muy conscientes: el uso del e-mail. Cada correo electrónico que enviamos genera un 0.3 kilogramos de dióxido de carbono (Co2), derivado en gran medida del flujo de información a la nube, procesado todo en un data center. Y aquí un dato muy revelador; los data center consumen alrededor del 1% de la energía global a escala mundial, y se prevé que para el año 2030 llegue hasta al 7 por ciento. Por lo que tenemos que invertir en tecnología eficiente y sustentable, aunado de alimentación vía energías limpias para reducir la huella de carbono.
Por tanto, mientras más sustentables sean los equipos que integran un data center, menos huella de carbono dejarán. Por lo que, cuanto más conscientes seamos de que el envío y almacenamiento de un email no es una acción irrelevante, nuestra actividad será más inocua para el medio ambiente.
También estamos avanzando en el desarrollo de herramientas de eficiencia energética para racionalizar el uso de energía en las oficinas, reduciendo el consumo de energía de la infraestructura tecnológica mediante el apagado y encendido controlado de los equipos, y aprovechando la flexibilidad y escalabilidad asociada a la implementación de las redes definidas por software.
Además de ello, tenemos en nuestra mano impulsar estrategias que contribuyen a generar un desarrollo más sustentable como la virtualización de entornos, el trabajo híbrido, la inteligencia artificial, el uso de aplicaciones SaaS (Software as a Service)
Son tan solo algunas de las alternativas que tenemos a nuestro alcance para que la actividad económica y la protección del medioambiente pueden ir de la mano, impulsando el ahorro energético y disminuyendo las emisiones de CO2, contribuyendo así a mitigar los efectos de la emergencia climática.