Resiliencia empresarial: ¿Cómo potenciarla en tiempos de crisis?

La resiliencia es una habilidad que permite crear y disolver estructuras que generan inestabilidad en la corporación. De esta forma, se cultivan acciones que resisten al cambio y que permiten a la organización adaptarse con facilidad.

En este artículo, te ayudamos a identificar cuáles son los atributos que fortalecen la adaptabilidad en una organización y cómo plantear acciones para fortalecerla. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es la resiliencia empresarial?

Este término hace referencia a la capacidad de adaptación que mantiene una organización para el cambio, es decir, la forma que tiene de afrontarlo. De esta manera, al aplicar acciones empresariales con la intención de resistir, será posible garantizar la continuidad del negocio.

Dependerá de la corporación quedarse estática o generar acciones que le permitan resistir y manejar un entorno de caos, afrontando condiciones de inercia y pasando a la acción.

El comportamiento resiliente de las empresas debe abarcar procedimientos de supervivencia, basándose en estrategias que ayuden a la reacción planificada. Por lo tanto, para satisfacer las necesidades de un cliente y adaptarse a épocas de crisis, las organizaciones deben desarrollar métodos que les permitan atreverse ante los desafíos.

De hecho, será una ventaja, ya que permitirá adaptarse a un panorama distinto con la tenacidad e innovación, que hubiese permanecido inútil de no haberse contemplado un escenario distinto al vigente.

La idea es crear un entorno de competencia y respuesta ante las adversidades, con el fin de aminorar el impacto empresarial. De este modo, se podrán generar lecciones y respuesta ante las dificultades que se presenten.

Según Dean Robb, “las organizaciones deben caracterizarse por gestionar y proporcionar alternativas, en función de cultivar la resiliencia y permanecer ante las dificultades”. Así se favorecerá el clima organizacional, con el fin de potenciar tanto al talento humano, como a la corporación y sus componentes.

¿Cuáles son los beneficios de la resiliencia empresarial?

Algunos de los principales beneficios de una empresa que practica la resiliencia empresarial son los siguientes:

Trabajo con percepción al cambio

Al establecer relaciones favorables y en pro de mantener la productividad, compromiso y bienestar entre los miembros que integran al equipo laboral, se podrá mejorar la comunicación interdepartamental.

Además, mejora el apoyo y la creación de sinergias ante amenazas como: fraude cibernético, terrorismo, errores humanos, pérdida de datos y eventos desafiantes.

De esta manera, se garantiza el apoyo y la fluidez como actitud positiva que suman al avance de organizaciones, facilitando el progreso y estableciendo compromisos que mejoran la forma de afrontar retos y desafíos.

Facilidad para identificar el cambio

No se trata de tolerar, sino de implementar acciones que impidan caer en la negatividad. Por tanto, es necesario comprender que determinados cambios son significativos y requieren de aportar pautas que nos permitan afrontarlo.

Por ello, es vital identificar ¿qué aspectos empresariales deben mejorar?¿Qué obstáculos se necesitan vencer? Al alinearte a los cambios y reactivarte en pro de no caer en resistencias, podrás identificar oportunidades de cambio fácilmente.

Capacidad de improvisación y acción

Esto se alcanza con amplia formación y ejercicios que impulsen el desarrollo de experiencias y acciones.

Aquí resulta indispensable la aplicación de conocimientos basados en educación adaptada al cambio de una organización.

De esta manera, se evalúa el riesgo y la capacidad de respuesta que manifiesta el personal ante eventos desafortunados. Es aquí donde se determina si el personal está preparado ante la adaptación y cómo puedes dotarles de capacidades que contribuyan a la corporación.

¿Cómo fortalecer la resiliencia de la corporación?

El fin superior de la resiliencia debe concentrarse en el logro de los objetivos, basándose en superarlos más allá de la adversidad y centrándose en el propósito para el cual fue creada la organización.

De esta manera, no será necesario resistirse al cambio ni desligarse de la crisis, sino basarse en estrategias para afrontarla y responder, enfocándose en qué se debe hacer y por qué.

Algunas tácticas empresariales para lograrlo son:

Aprendizaje continuo

Al practicar acciones de enseñanza que permitan fortalecer un entorno libre de miedo a los errores, podrás generar equipos de trabajo dinámicos, que aporten nuevas ideas y que tomen el camino de la innovación.

Para lograrlo, establece un clima laboral basado en un círculo de retroalimentación, intercambio y comunicación entre los integrantes de la corporación.

De acuerdo a Peter Drucker “el mayor peligro es responder y actuar con la misma lógica de ayer”. Lo ideal es responder con pautas dinámicas que favorezcan la generación de soluciones tangibles y reales, adecuadas a las circunstancias.

Comunicación abierta

Los hábitos comunicacionales e informativos generan feedback que fomenta los vínculos laborales y mantiene al día a las partes interesadas dentro de la institución. De esta forma, te aseguras de transmitir el mensaje ideal, involucrando a los empleados correspondientes y bajo el enfoque correcto.

Además, es ideal mostrar interés por los colaboradores de tu organización, de modo que cada miembro se sienta como parte de la familia.

Lo idóneo es crear espacios que les permitan socializar e intercambiar ideas que favorezcan la motivación y productividad.

Actitud resolutiva

Profundice en el conflicto empresarial: ¿Cuál es su origen? ¿Cuáles son las soluciones planteadas para salir adelante? Aquí será necesario focalizarse en la crisis y en la cascada de efectos generados.

En esta etapa el aspecto para solucionar debe centrarse en el problema y la investigación. Así, podrás comenzar a plantear alternativas resolutivas, que impliquen menores riegos e involucren la acción del personal.

Al aplicar acciones potenciales, podrás implementar soluciones que se ajusten a los cambios percibidos dentro de la empresa para salir adelante. ¡Enfrenta los retos sin temor a la adaptabilidad!

 Involucrar al equipo laboral

Debe enfocarse en que los cambios percibidos no afecten el desempeño de quienes integran el equipo laboral. Para ello, plantee lineamientos empresariales que le permitan guiar al equipo, de modo que no les tome por sorpresa cualquier novedad o acción.

Comunique los objetivos para permitir la participación de cada integrante y espere autonomía de acción.

Previsión

Toda empresa resiliente debe ser capaz de anticipar los cambios y generar planes de acción para abordarlos. Esto hace mucho más sencilla la adaptación y el logro de objetivos organizacionales.

Capacidad de improvisación

Desarrollar la resiliencia en tu organización requiere de colaboradores que puedan trabajar de manera flexible y actuar de manera diferente a lo planeado en situaciones que así lo ameritan. Para lograrlo, la empresa debe fomentar una cultura organizacional que esté abierta al cambio, la iniciativa y a la resolución de problemas. Además, debe visualizar los problemas como oportunidades de mejora.

¡Saber improvisar es una característica fundamental en los empleados de una empresa resiliente!

¿Cuál es la importancia de la resiliencia organizacional?

 En la actualidad, ante cambios permanentes, repentinos o graduales la supervivencia del negocio está dada por la forma en que se superan los obstáculos empresariales, es decir: qué acciones se implementan y con qué recursos.

Es aquí donde la resiliencia organizacional ha tomado protagonismo como estrategia para afrontar situaciones críticas en una corporación. Así, se ha convertido en un factor clave para anticiparse e incluso plantear tácticas que generen la continuidad y permanencia empresarial ante un entorno de riesgo.

Por tanto, ante situaciones de crisis es vital mantenerse dispuesto a asumir la circunstancia y sobreponerse a los cambios tecnológicos y de seguridad dentro de una empresa. De esta manera, será posible recuperarse de los altibajos transformándolos en situaciones oportunas para superarse y percibir la tempestad como oportunidad para crecer.

Cuando las organizaciones desarrollan la capacidad adaptativa ante los obstáculos es más sencillo adecuarse al proceso del cambio y con ello afrontar retos.

Lo ideal es reconocer a la empresa como un sistema vivo y cambiante, así podrán cuantificarse métricas relacionadas con la forma de regenerarse y resistir ante circunstancias de inestabilidad corporativa.

Este método será provechoso para evaluar aspectos como: ¿Cuál es el liderazgo dentro de la empresa? ¿Están enfocados hacia el propósito organizacional? ¿Cuál es el siguiente paso?

Para concluir

Los períodos de adversidad son pruebas de fuego para los objetivos organizacionales: así puede verificarse la funcionalidad y capacidad adaptativa y resolutiva de la empresa.

No se trata de esperar la crisis, sino determinar cómo afrontarla y en qué aspectos deben centrarse para superarse.

¡Y eso es todo! Si posees una empresa resiliente, ¿qué acciones has puesto en práctica para superar los retos?

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